La esquizofrenia es un trastorno mental que interfiere con la capacidad
para reconocer lo que es real, controlar las emociones, pensar con claridad,
emitir juicios y comunicarse.
Los trastornos esquizofrénicos se caracterizan por distorsiones fundamentales
y típicas de la percepción, del pensamiento y de las emociones, estas
últimas en forma de embotamiento o falta de adecuación de las mismas. En
general, se conservan tanto la claridad de la conciencia como la capacidad
intelectual, aunque con el paso del tiempo pueden presentarse deficits cognoscitivos .
El trastorno compromete las funciones esenciales que dan a
la persona normal la vivencia de su individualidad, singularidad y dominio de
si misma. El enfermo cree que sus pensamientos, sentimientos y actos más
íntimos son conocidos o compartidos por otros y pueden presentarse ideas
delirantes en torno a la existencia de fuerzas naturales o sobrenaturales
capaces de influir, de forma a menudo bizarra, en los actos y pensamientos
del individuo afectado. Este se siente el centro de todo lo que sucede.
Son frecuentes las alucinaciones, especialmente las auditivas, que pueden
comentar la propia conducta o los pensamientos propios del enfermo.
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