La memoria humana, como la memoria de un ordenador, permite que almacenemos la información para utilizarla después. Para hacer esto, sin embargo, el ordenador y nosotros necesitamos dominar tres procesos implicados en la memoria. El primero se llama codificación; es el proceso que utilizamos para transformar la información de modo que pueda ser almacenada. Para un ordenador esto significa transformar los datos en ceros y unos. Para nosotros, significa transformar los datos en algo significativo, como una asociación con un recuerdo existente, una imagen, o un sonido.
La diferencia principal entre los seres humanos y los ordenadores en términos de memoria, tiene que ver con el modo cómo se almacena la información. En su mayor parte, los ordenadores tienen solamente dos tipos; almacenamiento permanente y eliminación permanente. Los seres humanos, por otra parte, somos más complejos porque tenemos tres modos de almacenaje distintos :
1. Memoria sensorial, que hace referencia a la información que recibimos a través de los sentidos. Esta memoria es muy breve, pues dura solamente algunos segundos.
2. La memoria a corto plazo (MCP) toma el control cuando la información de nuestra memoria sensorial se transfiere a nuestra consciencia; es decir, cuando somos conscientes de ella. Ésta es la información que es actualmente activa, por ejemplo, al leer esta página, hablar con un amigo, o escribir una carta.
La memoria a corto plazo puede durar más tiempo que la memoria sensorial (hasta 30 segundos aproximadamente), pero todavía tiene una capacidad muy limitada. Según la investigación, podemos recordar aproximadamente de 5 a 9 (7 +/- 2) unidades de información en nuestra memoria a corto plazo en un momento dado.
Pero si la MCP dura solamente hasta 30 segundos, ¿cómo logramos terminar algún trabajo? ¿No tendríamos que empezar de nuevo a concentrarnos cada 30 segundos? Esta discusión incitó a los investigadores a buscar una segunda fase de MCP que ahora recibe el nombre de memoria de trabajo. La memoria de trabajo es el proceso que tiene lugar cuando nos centramos en el material de trabajo durante más tiempo del que permitiría la memoria a corto plazo por sí sola.
3. Memoria a largo plazo (MLP), que es la más similar al almacenamiento permanente de un ordenador. Al contrario que los otros dos tipos, la MLP es relativamente permanente y prácticamente ilimitada en términos de su capacidad de almacenamiento. Se dice que tenemos bastante espacio en nuestra MLP como para memorizar cada número de teléfono de los Estados Unidos y todavía funcionar normalmente a la hora de recordar lo que hacemos. Obviamente, no utilizamos ni una fracción de este espacio de almacenaje.
Existen varias subcategorías de MLP.
1. Memoria declarativa. Los recuerdos sobre datos, acontecimientos de la vida, y la información sobre nuestro ambiente se almacena en la memoria declarativa. Esta incluye la memoria semántica, conocimiento objetivo como el significado de palabras, conceptos, y nuestra capacidad para las matemáticas y la memoria episódica, o recuerdos de los acontecimientos y las situaciones.
2. Memoria no declarativa o implícita. La segunda subcategoría no siempre se considera como memoria porque se refiere a información interna, más que a información externa. Cuando te cepillas los dientes, escribes tu nombre, o te frotas los ojos, haces esto con facilidad porque almacenaste estos movimientos y puedes recordarlos fácilmente. Se trata de recuerdos que hemos almacenado debido a la práctica, condicionando, o hábitos.